En un mundo de colores y formas,
donde todos somos diferentes,
la tolerancia brilla con fuerza,
como un faro en medio de la corriente.
Aunque seamos distintos en tamaño y piel,
tenemos el mismo derecho a amar y crecer.
Respetemos nuestras creencias,
aunque no las comprendamos bien.
El que piensa diferente,
no es nuestro enemigo,
es una voz que nos enriquece,
un camino que nos hace amigos.
Abraza la diversidad,
acepta lo que no conoces,
pues en la tolerancia está la paz,
y un mundo mejor para todos los dioses.
Como las flores en un jardín,
cada una con su encanto,
la tolerancia nos une,
haciendo del mundo un himno de encanto.
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