En un rincón del corazón,
donde los sueños tienen color,
hay un tesoro escondido allí,
se llama la magia de la empatía, sí.

Si ves a alguien triste en el rincón,
quizás perdió su pelota o su canción.
No pases de largo, da un paso allí,
y comparte la magia de la empatía, sí.

“¿Cómo te sientes?”, puedes preguntar,
y en su mundo un momento entrar.
Es como un puente entre tú y él,
que al cruzarlo, todo puede ir muy bien.

Si la maestra se ve cansada hoy,
y las sumas y restas no van muy bien, oh noy.
Un “gracias” puedes decir, una sonrisa regalar,
y la magia de la empatía la harás brillar.

Con mamá y papá también puedes probar,
un abrazo darles cuando lleguen del trabajar.
“Te quiero mucho”, les puedes decir,
y la magia de la empatía la sentirás fluir.

Entonces recuerda, niño o niña, escucha bien,
la empatía es un regalo que crece también.
Es un superpoder, en tu corazón está,
para hacer del mundo un lugar mejor, ¡ya verás!

Así que cada día, en cada lugar,
no olvides la empatía siempre practicar.
Con ella en tu vida, todo será mejor,
pues la magia de la empatía es amor.

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